Un viaje para descubrir Forlimpópoli en época barroca, entre iglesias, palacios y monumentos.
Oficina de Información Turística: Tel.: +39.0543.749250 – cell. 349.8401818 – turismo@comune.forlimpopoli.fc.it
Duración de la visita: 1h50
Etapa n° 1 – La iglesia de los Siervos: la reconstrucción y las nuevas decoraciones
A principios del siglo XVIII, los Padres del Convento de los Siervos de María reconstruyeron la iglesia dándole un aspecto más imponente, digno de la orden religiosa; el edificio adquirió entonces la apariencia que aún hoy lo caracteriza: el gran tambor elíptico, la nueva colocación de las capillas y los altares, los elegantes muebles y decoraciones que enriquecieron la Iglesia en el siglo XVIII, en línea con el gusto estético de la época. Entrando en la iglesia se pueden admirar varias obras de arte de gran valor del siglo XVIII.
Primer altar de la derecha: dedicado a San Pellegrino Laziosi, se encuentra aquí el retablo que representa un Milagro de San Felipe Benicio, de autor desconocido, y, encima de éste, están dispuestas dos pequeñas pinturas que representan la Presentación de la Virgen María al templo y el Martirio de San Sebastián.
Segundo altar de la derecha: se puede observar aquí la hermosa talla del altar, en madera tallada y dorada, en cuyo interior se situa un crucifijo de madera muy valioso.
Tercer altar de la derecha: dedicado a la Virgen de los Dolores. El retablo está decorado según el estilo barroco tardío, por el estucador F. Solari de Lugano y completado con adornos de oro fino por el forlivés Paolo Modiani. En el interior del nicho se puede admirar la estatua de Nuestra Señora de los Dolores y, a su alrededor, siete pequeños óvalos pintados por el forlivés Pietro Antonio Placucci, que representan los Dolores de la Virgen.
Altar mayor: la decoración del ábside representa una Gloria de la Virgen elevada al cielo entre coros de ángeles músicos. El ábside se completa con el coro de madera de nogal construido por los padres Pellegrino Maiani de Forlí y Antonio Zanotti de Forlimpópoli. A cada lado de la estatua de San Antonio Abad, están colocadas las dos pinturas que representan a Santa Giuliana Falconieri y el beato Gioacchino Piccolomini, ambas del pintor Pietro Antonio Placucci.
Tercer altar de la izquierda: en el altar de la Santísima Virgen del Rosario se encuentra la talla de madera sobre la que están colocados los óvalos con las representaciones de los Misterios del Rosario, obra del pintor Antonio Fanzaresi de Forlí, discípulo de Carlo Cignani. En 1772 el altar fue enriquecido con la estatua de la Virgen del Rosario, realizada por el taller del escultor Filippo Scandellari de Bolonia. Pasando más allá del segundo altar de la izquierda (en el siglo XIX dedicado al Sagrado Corazón de Jesús), se llega al primer altar de la izquierda: aquí se transfirió en 1735 el hermoso retablo que adornaba el antiguo altar de San Martín. En su interior fue dispuesta y adaptada la tabla de incalculable valor que representa una escena de la Anunciación realizada en 1533 por el pintor Marco Palmezzano, alumno de Melozzo degli Ambrogi.
Balcón: finamente decorado con representaciones de instrumentos musicales, en el lugar del coro se encuentra el órgano con las puertas decoradas en 1576 por el pintor forlivés Livio Modigliani (en la parte externa: escena de la Anunciación; en la parte interna: Nuestra Señora de los Siervos y Santa Caterina de Alejandría).
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Etapa n° 2 – Palacio Colombani
La renovación estética del siglo XVIII no sólo se dirigía a la arquitectura religiosa, sino, también a la privada. En el lado norte de la plaza Garibaldi, hay un ejemplo perfecto: Palazzo Colombani, hoy propiedad de Fabbri. Construido en 1763 por la familia noble Colombani de Forlì, de la que era un miembro ilustre Francesco María, obispo de Bertinoro, el edificio se caracteriza por la fachada elegante y amplia. Por voluntad del mismo obispo Colombani, fue ampliado hacia el este, como lo demuestra hoy la descentralización de la entrada principal. La fachada del edificio estaba decorada con un pequeño balcón del siglo XVIII, en hierro forjado de la forma original “a canasta” (aún visible en algunas imágenes de finales del siglo XIX / principios del siglo XX); en ese preciso balcón aparecieron Joaquín Murat y el padre barnabita Ugo Bassi el 30 de marzo 1815, al mando del ejército napolitano en retirada de Romaña, para arengar a Forlimpópoli. En 1911 el balcón fue desmantelado para ser reubicado en la fachada del palacio de Paulucci Calboli dall’Aste en Forlí y fue sustituido por uno “moderno” de cemento.
Etapa n° 3 - La Virgen del pueblo y el ciclo decorativo de Giuseppe Marchetti
Etapa n° 4 – Giuseppe Marchetti y la decoración de Villa Paolucci Merlini de Selbagnone
A poca distancia de la antigua iglesia parroquial de Selbagnone, se encuentra la hermosa villa que perteneció a los Marqueses Paulucci Merlini de Forlí. El exterior del edificio, construido en la segunda mitad del siglo XVIII, es severo e imponente. La hermosa fachada que aún hoy se asoma al parque, está embellecida por una escalinata que conecta el jardín a la planta principal.
Aquí se encuentra el prestigioso salón “pasante” en triple volumen con el amplio techo decorado por el pintor Giuseppe Marchetti, asistido por el decorador de perspectivas Vicenzo Del Buono. La obra es una de las decoraciones más refinadas, elegantes y evocadoras hoy conservadas en las muchas villas “de placer” que caracterizan el paisaje de colinas de Forlí y Cesena.
Aquí está representada la Alegoría de la Primavera y el Verano, para evocar el placer y la serenidad del lugar y el paso de las estaciones.